domingo, 20 de septiembre de 2009

Mujeres complejas

Somos completa y absurdamente complejas. Las mujeres no sabemos lo que queremos, y mientras el mundo intenta comprender qué es lo que necesitamos para ser felices, nosotras nos quejamos por nimiedad, para hacerle la vida un poquito más difícil (y no por ello menos entretenida) a quienes nos rodean.
Pero no todas somos así. Creo que un noventa y cinco por ciento de la población femenina está loca. Pero de esa locura siniestra que espanta a los pretendientes, por el exceso de zalamería y agobio físico, entre otras características patéticas. Sin embargo habemos un pequeño número de féminas (y no crean que me siento orgullosa de ello) que realmente disfrutamos de encontrarnos en el aire sin saber ni esperar nada, salvo la muerte súbita o un momento de iluminación.
Las mujeres que comprenden más o menos lo que quiero decir, sabemos que cuesta encontrar la felicidad en nuestras propias mentes. Pasamos por intensos periodos de cuestionamientos y nos aferramos con el alma a la libertad emocional. Los compromisos nos aterran y nuestra doctrina de la espontaneidad se va al carajo cuando nos ahogan las frases y momentos amorosos.
Lamento ser tan autorreferente. Sé que aburre leer textos ajenos que tratan de uno mismo, pero también pueden irse al carajo si les aburro. Continuaré dando la lata porque me he aguantado el vómito verbal como tres días y me parece una tortura cargar con esto. Bueno y las mujeres somos así. En realidad todas estamos locas y nos gusta que los hombres sepan exactamente qué es lo queremos sin tener que decírselos, y aunque realmente le achunten a nuestras peticiones, siempre vamos a exigir un poco más, sólo para que ellos no se sientan completamente eficientes. Es la cruel verdad, ellos nunca pueden saber cuan feliz pueden llegar a hacernos sentir, porque nuestra misión en la vida es hacerlos sentir un poco peor de lo que ya se sienten en la normalidad. No es que seamos unas malditas trastornadas, sino que si fuera todo perfecto, sería tan aburrido. Por eso somos completa y absolutamente complejas y esto que he revelado es el gran secreto para comprender que pasa por nuestras mentes cuando nos taimamos. Aplíquenlo por favor y no nos pidan demasiado, que eso también nos aburre.

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