Cada vez que llega una revista a mis manos, no puedo evitar leerla de atrás para adelante. Lo hago de siempre. Debe ser porque el subconsciente no se quiere preocupar de los problemas sociales que se muestran en las primeras páginas y sólo quiere llegar pronto a las últimas donde salen todas las cosas sin importancia, como el horócopo, el clima, la programación de la tele y los pequeños datos sabrosos de la farandula nacional e internacional.
Y precisamente quiero saber porqué la mitad de las personas a las que le paso una revista, hace exactamente lo mismo que yo. No sé si esto nos demuestra que no queremos ver la realidad o es realmente un problema de comodidad física.
Porque, pensémoslo bien: el 13% de la población mundial es zurda y para ellos es muy fácil hojear la revista con la mano izquierda. Pero la gran mayoría somos diestros (y gracias a ello nos salvamos de morir lapidados en épocas antiguas en donde ser zurdo era casi lo mismo que ser judio), el punto es que para la gran mayoría, hojear una revista de manera normal nos requiere un esfuerzo inútil. Porque nosotros los diestros tenemos que hacer un movimiento que no es hacia afuera, a diferencia de los zurdos que hojean hacia la izquierda con su mano izquiera, nosotros hojeamos hacia la izquierda con la mano derecha y al final se nos enredan las manos y damos vuelta todo.
Por eso creo que debería existir una revista que se pueda leer de atrás para adelante. De hecho, me gustaría ser la editora y directora de dicha publicación, cuando vaya más adelante en la carrera para no parecer una estúpida con ideas revolucionarias que a nadie le importa.
Yo sé a usted que lee sí le importa y cree que es un tema relevante en nuestras vidas.
Estoy segura que si se hicieran revistas con ese formato, el hábito y la comprensión de lectura se dispararían de manera impresionante en el país. Y de paso me haría famosa y ganaría plata a costa de la educación en mi país.
¡Viva la educación de Chile, mierda!