domingo, 28 de junio de 2009

Disney stupids kids: JONAS BROTHERS EN CONCIERTO

Es increíble que ya no se vea a ninguna niñita yendo al colegio con una mochila de Mickey Mouse. Ya quedan pocos vestigios de los personajes animados de Disney que acompañaron y vieron crecer varias generaciones de niños ilusionados con Dumbo, la sirenita y el pato Donald. ¿La razón? Muchos se dieron cuenta de que el polvo de hadas de Peter Pan no era más que una fantasía retórica y optaron por el rock.


Sí, yo lo asumo, fui a ver a los Jonas Brothers. Y más encima escribo esto en la capital inundada de smog y Transantiagos ruidosos. Esta es realmente la ciudad de la furia y la euforia. El miércoles pasado se gestó en la capital uno de los movimientos púberes más grandes de los que se registre antes de los Backstreet Boys o Rebelde. Vinieron los Jonas Brothers a Chile, acompañados de la siempre linda Demi Lovato, quienes se tomaron el club hípico y lograron reunir más de cuarenta mil fanáticos que cantaron cada una de las canciones, sin olvidar de gritar lo más agudo posible entre tema y tema.
Personalmente, no me gustan los Jonas Brothers. Los encuentro un trío de hermanos evolucionados de los Hanson, pero mucho más guapos y con mucho estilo para llevar sus prendas de vestir modernas y setenteras al mismo tiempo. Tienen angel, sus caras son redonditas y bonitas, al punto de preguntarme cómo serán sus progenitores de hermosos para haber creado semejantes hijos.
Y pese a que no me gustan, lleve a la Gaby (preadolescente que aún no cambia la voz y se muestra reacia a andar sin los audífonos pegados escuchando todo lo que ha manufacturado Disney) a ver el maldito concierto. Ella lo consiguió, tiene trece años y vio a su grupo favorito en vivo, mientras que yo, con nueve años más, lo más bacán que he visto ha sido Miguel Bosé. Por dos motivos: porque me regalaron la entrada y porque la mayoría de los grupos musicales que me gustan están muertos o lo último que planean hacer es venir a Chile.
Pero ellos se retuercen al escuchar, desde ultratumba, como estos jovencitos cargados de bebidas energéticas se mueven eufóricamente de un lado al otro del escenario, mientras hacen piruetas y no dejan de gritar todo el tiempo, la única frase que estará en mi subconsciente hasta que el Alzheimer me consuma: “We love you guys”. Los queremos chicos. Y vamos cantando música basura con compases iguales, creados en serie, para todas las canciones del mismo álbum que vendió más que la misma Biblia.
Para entrar y tener un asiento relativamente decente en la tribuna, llegamos a las tres de la tarde en punto. Como somos parte de esta idiosincrasia rota, nos colamos en una fila y logramos meternos casi de los primeros. Cuando tú entras al club hípico, te conviertes en un caballo de forma inmediata, tienes que correr para alcanzar un buen lugar, sin importar si botas a una niña de cuatro años o atropellas a un perro. En estas instancias cargadas de emoción fanática, da lo mismo a quien mates en el camino, la idea es llegar al asiento y quedarte ahí, aguantando las ganas de ir al baño un poco más de seis horas y rogándole a Dios que el cáncer a la piel te consuma pronto, en vez de seguir soportando a las menores de edad alteradas porque a lo lejos se ve algo parecido a Joe Jonas.
Luego que estas instalada en tu asiento de tribuna, te dedicas a observar. Es lo más entretenido de todo porque logras reflexionar sobre ámbitos de la vida que el papá siempre insiste en que piense y nunca lo hago. Y me doy cuenta de que quiero tener un buen sueldo a futuro, por si tengo hijos y quiero llevarlos a un concierto, para llevarlos al sector Premium, con una nana que lo cuide, mientras me voy de happy hours con las amigas.
En fin, casi a las seis de la tarde, ya habían cuatro desmayados. Pero los desmayados tenían estilo, los sacaron como sendas estrellas de rock infiltradas en la multitud de la cancha, sobre los brazos de los fanáticos. Me vendieron una cajita miserable de pop corn en dos lucas y gracias a Dios me aguante las ganas de prender un cigarro, porque una apoderada dos gradas más abajo tuvo la misma idea y fue lapidada por un centenar de preadolescentes con tendencias ecológicas. Miren a las muy perlas, les doy dos años con suerte, y las veremos botadas en las discopeques, intoxicadas con cigarro y vaya uno a saber cuánta porquería fumable.
Cuando los Jonas Brothers salieron al escenario, comprendí donde mierda me había venido a meter. Es una energía tan potente la que se siente en un concierto de estas magnitudes, sientes que las tripas se te van a salir por las orejas y no sabes donde fijar la vista porque todo te encandila o todo te parece extraño. Miré a mi derecha y había un jovencito (sí, un hombre) de unos quince años, que lloraba como chancho en matadero, a mi izquierda, mi hermana vociferaba una y cada una de las canciones y mi panorámica general se reducía a puntos de colores saltones y chillones.
Cincuenta y cinco minutos después, me encontraba sentada en la grada y lo único que veía era el trasero de una señora que no paraba de moverse como una gran jalea industrial. Me fumé dos cigarros y me comí un chupete mientras reflexionaba en mi desesperado intento de aguantar las ganas de hacer pipí. ¿Creen que es muy fácil hacer pipí en un concierto? El pipí hay que aguantárselo sí o sí, no te queda más remedio que hacer de cuenta de no tienes vejiga, o simplemente salir a buscar un baño, perderte y luego aparecer en las cajitas de leche como una persona estúpida y extraviada.
Finalmente, el hermano más chico de los Jonas, empezó a dar pena con la cosa de su enfermedad (tiene cáncer a la próstata, sindrome premestrual y déficit atencional) ¡¡mentira!! Sólo es insulino dependiente, algo sumamente tratable, y con los millones de dólares que tiene, podría pagarle a un enano de la india montado en un unicornio para que le ponga la inyección, aún así, hizo llorar a todo el público.
Sinceramente, lo único bueno de ir a ver a los Jonas Brothers fue que de lejos creí ver a la Julita Astaburuaga y al Lucho Jara, tomé varios Starbucks y di vueltas por tiendas bonitas en la capital nacional. Más allá de eso, escuchar un disco de los Jonas es igual o más fome que ver a la directora de mi antiguo liceo, completamente desnuda.

La importancia de llamarse Don Francisco



Si existe un Dios en la televisión, ése es Mario Kreutzberger, indiscutidamente. Resulta que este señor, apodado de toda la vida como Don Francisco, lleva caleta de años en la tele, desde que mi abuela era chica, lo veía como el rey indiscutido de las tardes de sábado. Remojando galletas de vino en tazas de porcelana antiguas, ver Sábado Gigante para muchas familias, sigue siendo el panorama ideal de entretención para todo el público, desde lo más chicos de la casa, hasta los ancianos que sufren de demencia senil.
La única persona más vieja en la televisión es el chacal de la trompeta, y eso es decir mucho. Lo más curioso de todo, es que en mi afán por saberlo todo sobre este pintoresco personaje que no sólo es uno de los animadores más destacados en Chile, sino que a nivel mundial, es que si pongo “Don Francisco” en Google, me aparecen 91.500.000 de páginas relacionadas con él. Aunque claro, lejos de asombrarme, sólo me bastaron siete segundos par
a darme cuenta de que Francisco es uno de los nombres más comunes, desde Francisco Pizarro hasta el diputado Francisco Chahuán. Aunque en realidad nadie sabe de lo que hablo.
El punto, es que Don Francisco nació el año 40’, o sea, el se las sabe todas, y lo que no se lo sabe, lo inventa. Vivió en la época de Elvis, de los Beatles, de la Monroe, de la Lady Di y aún no muere. De hecho, sigue animando el programa y pareciera que los años no pasan sobre él, realmente no me sorprendería que todas las noches durmiera en cámaras de hielo y se congelara para mantenerse vivo, porque pucha que sigue igual el hombre.
Don Francisco es reconocido mundialmente por la gran obra que es la Teletón. ¿Cuántos años lleva la Teletón? No lo sé, debería saberlo, es cosa de ponerlo en Google, pero esa pega se las daré a ustedes, el punto es que la Teletón igual tiene caleta de años y desde que tengo memoria, veo al Don Francisco lleno de ojeras rogándole
a los papitos que se levanten temprano a depositar al banco los sábados por la mañana. Por eso creo que existe una conexión mágica entre el día sábado y Don Francisco, demás que nació un día sábado y les apuesto un sábado de esclavitud que deja de existir en ese día.
Pero no es la idea de hablar sobre la muerte de Don Francisco, creo que la humanidad no podría soportarlo, sería una pérdida tremenda para la humanidad. La muerte de Michael Jackson sería como una alpargata vieja al lado del gran magnate de las comunicaciones.
Don Francisco fue el primero en basur
ear, valga la rebundancia, la música trash de Necrosis y hasta engendró una hija que conduce un símil del programa que lo llevó a la fama, aunque más chilenizado e influenciado por rancheras y hotuitis.
Es por ello que le hago mi humilde homenaje en vida a Don Francisco, porque es un viejo choro rodeado de mitos estúpidos (como que tiene mal humor y entre cortes comerciales le gritonea a sus asistentes) que no logran empañar su tremendo ser.

Confesiones de una infectada por ah1n1



Hace algunas semanas estaba aterrada. Ultrajé mis uñas más de lo normal, abrazada a una cajita de pañuelos desechables floreado, viendo el CNN y sufriendo porque la que en un comienzo se llamó gripe porcina, estaba matando a mucha gente en México.México es un país que no conozco, pero pucha que acoge bien a nuestros artistas chilenos renegados de la talla de María José Quintanilla, pasando por Kudai, hasta el Beto Cuevas. Antes era más ignorante, me decían México y yo imaginaba Tijuana, un gorro grande de mariachi y una botella de tequila. Craso error. La mentalidad de muchos ha cambiado, ahora te dicen México y piensas en una mascarilla, antivirales y doctores de seriales médicas. Los más tontos siguen pensando en cerdos. Oh, por Dios.Lloré mucho por el sufrimiento mundial y finalmente adopté como auto terapia constructiva, dejar de ver las noticias hasta que el holocausto hubiese acabado. Pero jamás, jamás pensé que unas semanas después, yo estuviese en cama con la famosilla gripe, escribiendo sobre sentimientos y pensamientos idiotas de medianoche. Esto me lleva a unir un montón de cosas, la globalización y el caos, la sugestión y el dolor de cabeza y por supuesto, mi paranoia.Les cuento, queriditos, que tener la ahora más glamorosamente llamada “influenza humana” no es tan malo como todos piensan. Te duele el cuerpo como si te hubieses caído de un octavo piso y prefieres la muerte antes de seguir soportando los latidos de un dolor nauseabundo en la cabeza, pero más allá de eso, no hay nada porqué preocuparse. Los centros asistenciales del país (por lo menos en Antofagasta) están entregando apoyo a todos aquellos que creen que van a morir, porque yo también pensé que iba a morir, pero después me informé bien sobre la situación y gracias a una bonita inyección y cinco días de reposo absoluto, me encuentro en condiciones de considerarme una sobreviviente. Lo que quiero decir y no sé muy bien como decirlo, es que no es muy fácil sobrellevar una semana de convaleciente. Es que tener la ah1n1 es como morirse de aburrimiento mientras te tragas tu Tamiflú cada doce horas. Una molestia en cómodas diez cuotas y a precio contado.Pero aún así, han pasado cosas en el mundo que me dicen “calma, prende la tele y no te aburrirás”, por ejemplo, la muerte de Michael Jackson. Como no he ido clases y mi tele no se ha apagado desde el lunes, puedo asegurarles que ya me tiene chata el Maicol en todos los canales, conozco su biografía al derecho y al revés y me lleva a los cuestionamientos del culto al héroe y todas esas cosas que prefiero no pensar, por la paranoia. Me da miedo Michael Jackson, me da terror su cara, no quiero soñar con su nariz ni mucho menos que me venga a hablar de Demerol en mitad de la noche. Michael era muy bueno, bailaba bacán thriller y además donó mucha plata a instituciones benéficas, pero pucha que era feo el loquito. Pienso que si hubiera seguido negrito, sería como un Snoop Dogg del pop. Pero toda la humanidad se quedó con su magnificencia en dvd’s de calidad digital y ahora carretea con su suegro Elvis Presley en otro planeta. Así de bonito.Volviendo al tema del aburrimiento en cama, he caído en la desesperación más profunda de no saber si esto tiene algún sentido. Estoy un poco cansada de descansar tanto, me duele la espalda de estar acostada tanto rato, y tengo rabia de ser un foco contagioso y una parte muy pequeña y trastornada de mí, cree que está incubando una nueva cepa de un virus que va a mutar y me convertirá en zombie. Estoy segura que Spielberg desearía poder hacer una película con todos los rollos que me paso. Incluso recé, como no rezaba desde las clases de religión con la camello en el Liceo Católico Atacama, para que el Tamiflú fuese la piedra filosofal de los caídos por la gripe y mágicamente se acabe el refrío en el mundo.También he pensado que la influenza humana es la nueva lepra, pero con estilo. Pocos van a querer acercarse a mí cuando me levante y vaya a la universidad, porque aún está ese mito de que la cuestioncita es mortal. Segundo error garrafal, por favor entérense que la gente que muere de influenza es porque la gripe es un agravante de alguna enfermedad precedente. Si usted sufre de obesidad mórbida, tiene cinco bypass en su cuerpo o ha bajado más de veinte kilos en un mes, preocúpese.Pero por otro lado, estoy convencida de que todo esto pasará pronto. Hace algunos días, cuando estaba triste porque tendría que hacer reposo una chorrera de días, mi mamá me dijo una frase que nunca olvidaré: “María Luisa, tener la gripe está de moda”.Y si sufrir es la nueva moda, esto que tengo atragantado en lo más profundo de mi ser, me hace ser la persona más in y a todos ustedes que están sanos, los más out.

viernes, 19 de junio de 2009

Sufrimiento musical

Hay ciertas canciones en la vida que a uno lo marcan. Ya sea porque la letra te identifica en ciertas situaciones o porque simplemente el que lo canta es digno de admiración. Pero también hay canciones que todo el mundo de sabe y a muy pocos les gusta. Esta vez hablaré sobre las canciones que entran en la categoría de “mujeres solteras y desesperadas” en su intento poco fructífero que encontrarle sentido a la vida y a la rotunda soledad que las aplasta.
Son canciones que siempre vas a relacionar con la típica secretaria que se pasa toda la tarde escuchando a Roxette y esperando que su teléfono suene y el amor de su vida le diga que la ama, sabiendo en lo profundo que jamás sucederá porque el ser amado es un político casado o un viejo retrógrado homosexual y encubierto que sólo le regala discos de mujeres solteras y desesperadas para que se pase la tarde comiendo chocman. Éstas mujeres son las que todas las semanas van a terapia con el psicólogo de toda la vida para poder superar sur problemas con el sexo masculino, o las que se compran todos los manuales de autoayuda y jamás lo leen completo porque prefieren ir a comprar ropa deportiva para ir al gimnasio que pagan durante todo el año y al que jamás van. Sin embargo, en el auto no falta la canción lacrimógena, porque es su consigna del sufrimiento de amor que llevan dentro.

A continuación el ranking de las 4 peores y más conocidas canciones de mujeres desesperadas:


CUARTO LUGAR: Nothing compares to you – Sinead O’connor
http://www.youtube.com/watch?v=rO8JWbG6bVw
Para empezar, esta mujer es calva. Ella misma es la metáfora de la infelicidad e inconformismo que llevan las mujeres dentro, en segundo lugar, en el video clip se pueden observar estatuas griegas que nadie comprende porqué están ahí, pero lo están. Y eso hace que sea aún más perturbador.
La canción dura más de cuatro minutos y es una tortura constante de violines y coros guturales que intentan expresar el dolor de que nada se compare al ser amado. Prácticamente una parodia de lo absurdo.







TERCER LUGAR: It must have been love – Roxette

http://www.youtube.com/watch?v=BDLxzDVYKgE
Es un espanto encontrarse con esta canción en la radio, porque Roxette no sólo la cantaba en inglés, sino que también sacó el mismo tema en español y durante muchos años fue el tema cebolla gringo más pedido en las radios. Para empeorar aún más la situación, no falta la compañera de curso fanática del tema que te la canta una y mil veces y tú solo deseas morir pronto para dejar de sufrir.
“No sé si es amor, pero lo parece. Lo cierto es que yo, estoy loca por él”. Esta canción no sólo es mamona, sino que es arrastrada y nos pone en vergüenza a todas las mujeres.

SEGUNDO LUGAR: Without you – Maria Carey
http://www.youtube.com/watch?v=DboyS-OiDK4
Al comienzo de esta canción pareciera que son The Carpenters pero no es así, no se equivoquen, es nuestra querida Mariah Carey, la mundialmente reconocida por tener el registro de voz más agudo del planeta tierra.
Esta canción sí que es triste. Ella simplemente no puede vivir sin la persona amada, y para dejarlo bien claro, se esfuerza en gritarlo varias veces y de manera incesante (cuando digo varias veces es porque son demasiadas veces) de modo que a todos nos quede claro en casi cuatro minutos de canción que realmente no puede vivir sin él. Para terminar, se pega el grito agudo y largo que nos hace reflexionar acerca del uso de tapones de oídos para la salud auditiva. Todo un éxito de Mariah.

PRIMER LUGAR: All by myself – Celine Dion
http://www.youtube.com/watch?v=wedX64L_j9E
Esta canción es el himno de toda mujer que sufre por amor. Fíjense que esta canción la lloriquea la Reene Zellweger en el Diario de Bridget Jones, con una botella de trago en una mano y en la otra un cigarro casi consumido. Ella lo dice todo. En el video musical de este tema, se muestra a una Celine Dione demasiado delgada por el uso de narcóticos para superar sus trancas amorosas, mientras Andy Warhol se retuerce en la tumba porque la imagen de Celine va cambiando de colores durante todo el video.
Lo único bueno de este tema, es que tras la elección de Obama como presidente en EEUU, las mentes ingeniosas lograron darle un toque irónico a la maldita canción, colocando un elfo en su hombro (imagen retocada digitalmente por supuesto) donde el pequeño duende cantaba el tema: “Obama’s elf, don’t wanna be” – El elfo de Obama, no quiero ser – que suena práticamente igual que Celine Dion cantando: Oh by myself, dont wanna be. Aquí esta el video:
http://www.youtube.com/watch?v=wS_T-wwWZVM
El duendecito sufre porque no quiere ser el elfo de Obama y todos nosotros sufrimos porque tendremos que escuchar a Celine Dion hasta la eternidad.
¡Qué ironía!

jueves, 18 de junio de 2009

Untitled

Jesús estaba equivocado cuando dijo que la verdad nos hacía libre, porque sólo nos condena a seguir sintiendo mezcolanzas de pelotas y mariposas muertas y podridas en el estómago. "La verdad os condenará por siempre, por los siglos, de los siglos, amén".
Quisiera volver a ser tonta y no saber. Quisiera derretirme y quedarme despachurrada en el contínuo pasado de no hacer nada. ¿Por qué es tan difícil crecer en esta condición humana? Es hasta humillante ser persona, llego a sentirme como una inválida por no poder escupir palabras ante los ojos eruditos que me miran fijamente con lastima.
Hace poco hice un análisis mental y anoté las ventajas y desventajas de esta tortura de ser pensante por la vida, de andar sintiendo cada sonido y cada palabra escrita. No sé si es un súper poder tener la capacidad de sentir tanto, de tan sólo escribir esto se me acelera el corazón o el alma, no sé muy bien qué es qué, pero alguna de esas cosas se me exalta al punto de querer estallar y recogerme en un pensamiento absurdo y abstracto. Y quedarme quieta. Que nadie me mire ni me toque. Que nadie intente comprender porque aún no comprendo.
Yo quisiera poder sacarme los ojos un rato. Que cesara el ruido atronador en mi cabeza, las melodías arrítmicas y las pulsaciones electricas que siento cuando me falta el aire, cuando me doy cuenta de cuánto me cuesta encajar en este lugar, de cuánta rabia siento conmigo misma por no tener las ganas de verle el lado bueno.
Creo que hay tantas cosas que hacer, pero no sé porque tengo que hacerlas.
Quisiera poder incluso retomar entradas antiguas de este blog, cuando las cosas eran más simples y criticar una canción o armar un mapa de características sobre un tema me parecía entretenido. Pero ni de eso tengo ganas, tengo todo el mundo estancado.
Se me estancaron hasta las ganas de ponerle fin a esta entrada.

martes, 16 de junio de 2009

Singing in the rain

Las callecitas oscuritas e impregnadas de nubes grises y eventuales precipitaciones, me parece el escenario perfecto para salir a cantar un ratito a la calle. ¿Por qué Frank Sinatra puede hacerlo y yo no? Me parece tan maravilloso y surreal el encanto de la lluvia y la cultura de las sopaipillas. Tener varios paraguas de colores, poder elegir entre usar botitas de agua o salir a agarrar influenza con zapatitos de princesa. ¡Que más da! ¡Estoy cantando en la lluvia!
Recuerdo haber visto la película ciento un veces, como el número de dalmatas de la película de Disney, pero con constantes secuencias fragmentadas de Frak Sinatra bailando y chapoteando con magnifica gracia las pequeñas pozas de agua de las callecitas inglesas. Y el resto del mundo no puede evitar suspirar al oír "la voz" y siento que todas mis entrañas pulidas y sangrientas se retuercen de emoción al final de la canción. Y las notas y gotas dispersas de la vida se remiten a este momento tan efímero y a la vez constante.
Es todo tan bonito, que no quiero arruinarlo. Así que como no tengo lluvia, evitaré salir a hacer el ridículo de abrazar cada poste de luz cantandole al sol fulgurante que no piensa abandonarnos en esta zona del hemisferio sur del mundo.

lunes, 15 de junio de 2009

Marzo del dos mil cinco

Hoy la ciudad despierta parcialmente nublada y con ganas de seguir durmiendo. Yo también despierto con ganas de quedarme arropada en mi cama, con ganas de clavar las uñas al colchón y no despegarme de mi lecho blanco, sin antes planear lo que haré el día de hoy. No puedo evitar no planear las cosas que haré durante el día, me da la sensación de seguridad, de que pocas cosas se me podrán escapar de las manos si dirijo de forma correcta mi itinerario.
Pero primero intento despertar bien. Llevo tantos días soñando lo mismo, viendo las mismas películas y escuchando la misma música. Comiendo prácticamente por inercia y reviviendo en sueños algo que no alcanzo a dimensionar. Pero pese a que los elefantes rosados que gobiernan mi mente, jueguen futbol y caminen sobre nubes grises, nada podrá evitar que tenga que levantarme e ir a la escuela, por último año en mi vida.
Tengo diecisiete años y un prontuario bastante miserable. En las paredes de mi habitación no hay ninguna medalla colgada, porque no he ganado nada a lo largo de trece años de estancia inútil en la escuela. Me he ganado el reconocimiento de no saber quien soy cuando paso frente a grupos de compañeros que parecen conversar animadamente y pocas veces he fumado, bebido y bailado. No es que no me guste. Es sólo que aún no le encuentro la magia ni el sentido a toda esta situación.
Pero este es mi último año y estoy segura de que cuando termine, finalmente tendré un reconocimiento: haber terminado la escuela y por fin verme libre de tanto ajetreo mental. Tanto esfuerzo por pasar desapercibida que finalmente el tipo que dirá mi nombre en voz alta para entregarme mi licencia de cuarto año medio, olvidará mi nombre. Pero a mi no me importará demasiado, bajaré con cuidado la escalera de madera gastada que ha sostenido a cientos y cientos de estudiantes nerviosos que esperan el llamado de sus nombres para recibir el título a manos de la directora de la escuela, frente a un fotógrafo malhumorado. Yo prefiero sacarle brillo a mis zapatos durante diez días seguidos a tener que soportar la humillación de ser una abeja más en ese panal.
Aún así, me levanto. Sabiendo que tendré que ponerme un poco de brillo en los labios si es que no quiero espantarlos a todos. Y me siento tan asqueada de ser negativa que hasta decido ponerme perfume, al fin y al cabo, no soy un ogro azul al que nadie quiere, tengo un par de amigos que se preocuparían si decidiera tragarme el contenido de la botella de perfume y decidiera suicidarme el primer día de clases. Nada más patético que ganarme el premio a la estupidez y perder un frasco lleno de perfume.
Marzo, 2005.

Momento miserable

Ay, me siento tan nauseabunda. Tan miserable. Tan inconformista y tan desamparada. Ay, no tengo ganas de sumergirme en pensamientos existencialistas ni maniobras de distracción mentales que luego me generen más náuseas.
Es la vida que me tocó vivir. Debería sentirme agradecida de sentir tanto malestar en vida. Un supuesto Dios que me observa de una nube me creó mujer, me hizo ser una niñita media tosca pero observadora.
Ay, es que en estos momentos nada me motiva. No tengo ganas ni de tragarme un pastel ni de ver la repetición de la novela. Y me doy cuenta de que mi vida gira en torno a la represión comestible y la influencia que los medios de comunicación me determinan a ser la persona que soy.
Y me cuesta tanto encajar. Le estoy poniendo todo el empeño del mundo. Y me asustan dos cosas: que esto que escribo parezca una carta suicida y que tengo tan estresado el cerebro, que los circuitos eléctricos de mis neuronas hacen cortocircuitos y ninguno de los pensamientos anarquistas que tengo se podrán llevar a cabo.
Pero no importa, todavía nos quedan días de junio, todavía nos quedan muchos puntos seguidos y horas de meditación.
Pienso que para encajar en este lugar a donde vine a parar necesito tanta meditación, que los grandes filósofos de la historia se revuelcan en sus tumbas porque yo me quejo de incomprensión mundial. Vaya uno a saber.

lunes, 8 de junio de 2009

El horóscopo

El horóscopo es un método de adivinación basado en la posición de los astros al momento del nacer. El término deriva del griego "ὥρα" (hora) y "σκόπεω" (skopeo), examinar. Wikipedia lo sabe y es necesario que usted, mi querido lector, se entere de la cruel mentira que el mundo nos ha inventado: los horóscopos mienten y mienten descaradamente.
El problema es que la gran mayoría de la gente les cree y se tragan toda la siutiquería de prender velitas amarillas al atardecer y se convencen de que realmente el horóscopo siempre le achunta a sus problemas sentimentales. Lo más interesante de todo es que pareciera que las féminas son las que siempre caen en las trampas del horóscopo porque se supone que somos más sensibles. Ni hablar de los hombres, ellos son demasiado rudos como para andar pensando que esa mugre del zodiaco es real y viven su vida de acuerdo a la testosterona que tienen incrustada en el cerebro.
Pero la verdad es la siguiente, señoritas y señoritos: los hombres creen más en el horóscopo que las mismas mujeres. Sé que es una hipótesis sin fundamentos, pero gracias a mis poderes de telekinesis, he podido comprobar que la especie masculina es más asidua a leer esos textos presagiadores de catastrofes, desamores y ruinas económicas. Ellos simplemente lo creen a ojos cerrados y más encima son capaces de esperar una cantidad de minutos indefinidos, sólo para escuchar algo similar a esto: “sagitario, hoy despertaste con sueño y andarás como pavo durante todo el día, para ello te recomendamos que hiervas una hojita de menta con eneldo y luego te la eches en gotitas dentro de los ojos para que puedas tener un buen día. Ojo: el agua que caiga a tu retina debe caer hirviendo o sino no servirá para nada y tendrás ene problemas durante el día y probablemente mueras aplastado por un hipopótamo contagiado de antrax” y vamos creyéndonos el cuento de las predicciones.
Sin embargo, para entender bien el asunto del horóscopo, es necesario que nos introduzcamos en las literaturas que explican el inicio del mundo y de su creación. Probablemente usted, al igual que yo, le cargue leer sobre cosas esotéricas porque no les encuentra fundamento o quizás si le interese porque jura de guata que su vida esta escrita en piedra y que esta condenado a sufrir los augurios que el destino le tiene preparado. Aún así, no tengo ganas de darles la lata de explicar teóricamente porqué se dieron así las cosas y lo impresionantemente sicótico que se ha vuelto la mente humana, al punto de ser macabra.
Pero apróntese, que el 2009 se viene nefasto para los géminis. Muchos de ellos romperán sus relaciones amorosas por la conjunción de la luna con es asteroide R2D2 (sí, lleva su nombre por el arturito de Star Wars) y esto los llevará a un colapso mental que será el precedente de una serie de suicidios colectivos, todo por culpa de haber nacido entre el 21 de mayo y 21 de junio. Pero díganme, ¿a quien carajos le importa que Géminis sea la tercera constelación del zodíaco, y se encuentre a unos treinta grados al noroeste de Orión? Sólo a los extraterrestres les importa saber donde quedan estas constelaciones porque que yo sepa, llegar a la estrella más cercana requiere de un viaje de diez mil años a velocidad luz. Y ni mi hermano maneja tan rápido.
En fin, pareciera que la humanidad busca encontrar respuestas en estos presagios escritos por personas que dominan conceptos astrológicos y que al parecer reciben educación especial y sueldos miserables por ello. Incluso he oído que muchas veces el horóscopo en los diarios es escrito por aquel periodista que ya terminó su pega y que para apurar el proceso de edición, se lanza a inventar frases creíbles y que se adapten a cualquier ser humano sea o no analfabeto. Porque el horóscopo que seguramente lees en las revistas teen es una vil mentira, pero alcanza todos los niveles socioculturales de la sociedad postmoderna, lo pasan hasta por la radio diez veces al día, hasta Julito Videla espera con emoción que digan que le espera a los nacidos bajo el regente de escorpión y para rematar, en los matinales hay una sección especializada a las piedras preciosas que cada signo del zodiaco debe usar para atraer la buena fortuna. Y hasta los chinos saben que eso es lo que domina las mentes occidentales que hasta crearon a los caballeros del zodiaco y desde pequeños le metieron en la cabeza a los niñitos que el caballero de oro afrodita era el representante de piscis. ¡Cuánto más tendremos que soportar!

A continuación, percepciones masculinas con respecto al horóscopo:


“Hay gente que cree en los horóscopos, es tan tonto, incluso hay gente que cree en Dios” – Luis Ordenes

“No creo en el horóscopo, es súper estúpido pensar que 700 millones de personas van a sufrir dolencias de colon, o que se le van a abrir puertas para un viaje romántico. ¿Sabes como eso coparía las líneas aéreas? Seria una tragedia, muchos de ellos morirían en accidentes y su viaje romántico se les iría a la reverenda caca. Aparte que dicen cosas generales como "Tus aspiraciones te llevaran lejos" creo que llego mas lejos caminando que siguiendo a una columna de relleno dentro de un diario” – Paulo Tomás

“No creo en la ilusión paranoica de las masas de que por nacer bajo una constelación designada aleatoriamente a un periodo del año tenga que tener ciertos rasgos de mi personalidad definidos por la constelación regente, es contraproducente con la formación de personalidad a la que se apegan las técnicas de estudio psicológicas y de psicoanálisis” –Aldo Lingua

“Cuando estaba decidiendo si seguía estudiando arquitectura, estaba sentado en el depa y puse el buenos días a todos y justo cuando me preguntaba que hacer, la chiquita del horóscopo dijo: Piscis, estas en momentos de decisión en tu vida, piensa bien las cosas y guíate por tu corazón, bueno algo así, además que seguí escuchando y la mina le acertó en un 90% a las cosas que me estaban pasando por ser piscis y simplemente fue extraño” – Javier Alfaro

“Oye, el horóscopo es lo mejor que han inventado los chinos, mejor que la salsa de soya y mejor que el tetrix y los lápices baratos que venden en la zofri. Si pudiera comprar signos, compraría los 12 que existen y además haría fusiones y crearía hijos de signos y cosas así… oye ¿pero por qué me preguntas?” – Yo prefiero reservar su identidad para no exponerlo al juicio público.

“Los ciclos zodiacales son pulentos, asi como las constelaciones. Igual me molesta la gente que dice que hay otro signo mas, siendo que eso es imposible... es un tema súper lindo , una tradición y un estudio digno de realizar, pero creo que solo está recomendado para personas maduras y un poco mas inteligente que el resto, una mente débil e ingenua podría caer en las garras del viejo de la cuarta que redacta las predicciones, o peor aún, convertirse en el weon de horóscopo de algún diario charcha de por ahí” – Matías Pinto

"No creo en el horoscopo del diario porque aceptenlo, lo hizo un estudiante en practica de periodismo. Pero creo en la carta astral porque así como todo vibra y todo está conectado con todo, entonces las estrellas pueden influir en una predeterminación biologica, pero no en un destino. No creo en el destino, pero si creo en las pistas, creo en las buenas profecías pero no en las malas profecías... las buenas te dan libertad despues de todo si te predijieron ser presidente del mundo, no esta mal como aspiración... pero puedes cambiar, en cambio si te predijieron que moriras a los siete... es tu opción, siempre al final de todo, es tu opción." - Marco Novoa


Me encantaría alargar esta nota y exprimir cada pensamiento retorcido de aquellos que son adictos a leer el horóscopo. O hacerle un seguimiento a esas señoras que no pueden estar sin verse el tarot dos veces a la semana, que compran la revista “Año cero” y que las releen en las peluquerías, una y mil veces, distintas ediciones e iguales contenidos y presagios para los signos. Pero lamentablemente siempre me alargo demasiado y seamos francos; nadie quiere leer un montón de renglones que no te dejarán ninguna enseñaza ni moraleja.