domingo, 28 de junio de 2009

Confesiones de una infectada por ah1n1



Hace algunas semanas estaba aterrada. Ultrajé mis uñas más de lo normal, abrazada a una cajita de pañuelos desechables floreado, viendo el CNN y sufriendo porque la que en un comienzo se llamó gripe porcina, estaba matando a mucha gente en México.México es un país que no conozco, pero pucha que acoge bien a nuestros artistas chilenos renegados de la talla de María José Quintanilla, pasando por Kudai, hasta el Beto Cuevas. Antes era más ignorante, me decían México y yo imaginaba Tijuana, un gorro grande de mariachi y una botella de tequila. Craso error. La mentalidad de muchos ha cambiado, ahora te dicen México y piensas en una mascarilla, antivirales y doctores de seriales médicas. Los más tontos siguen pensando en cerdos. Oh, por Dios.Lloré mucho por el sufrimiento mundial y finalmente adopté como auto terapia constructiva, dejar de ver las noticias hasta que el holocausto hubiese acabado. Pero jamás, jamás pensé que unas semanas después, yo estuviese en cama con la famosilla gripe, escribiendo sobre sentimientos y pensamientos idiotas de medianoche. Esto me lleva a unir un montón de cosas, la globalización y el caos, la sugestión y el dolor de cabeza y por supuesto, mi paranoia.Les cuento, queriditos, que tener la ahora más glamorosamente llamada “influenza humana” no es tan malo como todos piensan. Te duele el cuerpo como si te hubieses caído de un octavo piso y prefieres la muerte antes de seguir soportando los latidos de un dolor nauseabundo en la cabeza, pero más allá de eso, no hay nada porqué preocuparse. Los centros asistenciales del país (por lo menos en Antofagasta) están entregando apoyo a todos aquellos que creen que van a morir, porque yo también pensé que iba a morir, pero después me informé bien sobre la situación y gracias a una bonita inyección y cinco días de reposo absoluto, me encuentro en condiciones de considerarme una sobreviviente. Lo que quiero decir y no sé muy bien como decirlo, es que no es muy fácil sobrellevar una semana de convaleciente. Es que tener la ah1n1 es como morirse de aburrimiento mientras te tragas tu Tamiflú cada doce horas. Una molestia en cómodas diez cuotas y a precio contado.Pero aún así, han pasado cosas en el mundo que me dicen “calma, prende la tele y no te aburrirás”, por ejemplo, la muerte de Michael Jackson. Como no he ido clases y mi tele no se ha apagado desde el lunes, puedo asegurarles que ya me tiene chata el Maicol en todos los canales, conozco su biografía al derecho y al revés y me lleva a los cuestionamientos del culto al héroe y todas esas cosas que prefiero no pensar, por la paranoia. Me da miedo Michael Jackson, me da terror su cara, no quiero soñar con su nariz ni mucho menos que me venga a hablar de Demerol en mitad de la noche. Michael era muy bueno, bailaba bacán thriller y además donó mucha plata a instituciones benéficas, pero pucha que era feo el loquito. Pienso que si hubiera seguido negrito, sería como un Snoop Dogg del pop. Pero toda la humanidad se quedó con su magnificencia en dvd’s de calidad digital y ahora carretea con su suegro Elvis Presley en otro planeta. Así de bonito.Volviendo al tema del aburrimiento en cama, he caído en la desesperación más profunda de no saber si esto tiene algún sentido. Estoy un poco cansada de descansar tanto, me duele la espalda de estar acostada tanto rato, y tengo rabia de ser un foco contagioso y una parte muy pequeña y trastornada de mí, cree que está incubando una nueva cepa de un virus que va a mutar y me convertirá en zombie. Estoy segura que Spielberg desearía poder hacer una película con todos los rollos que me paso. Incluso recé, como no rezaba desde las clases de religión con la camello en el Liceo Católico Atacama, para que el Tamiflú fuese la piedra filosofal de los caídos por la gripe y mágicamente se acabe el refrío en el mundo.También he pensado que la influenza humana es la nueva lepra, pero con estilo. Pocos van a querer acercarse a mí cuando me levante y vaya a la universidad, porque aún está ese mito de que la cuestioncita es mortal. Segundo error garrafal, por favor entérense que la gente que muere de influenza es porque la gripe es un agravante de alguna enfermedad precedente. Si usted sufre de obesidad mórbida, tiene cinco bypass en su cuerpo o ha bajado más de veinte kilos en un mes, preocúpese.Pero por otro lado, estoy convencida de que todo esto pasará pronto. Hace algunos días, cuando estaba triste porque tendría que hacer reposo una chorrera de días, mi mamá me dijo una frase que nunca olvidaré: “María Luisa, tener la gripe está de moda”.Y si sufrir es la nueva moda, esto que tengo atragantado en lo más profundo de mi ser, me hace ser la persona más in y a todos ustedes que están sanos, los más out.

No hay comentarios: