viernes, 23 de mayo de 2008

La lotería de la maravilla

Les diré lo que yo haría si me ganará 5 mil millones de pesos, y las enumeraré para que se entienda:
-200 millones para mamá
-200 millones para papá
-500 millones para hermana
-100 millones repartidos entre familiares necesitados, indigentes y amigos drogadictos y carentes de conforts en sus departamentos.
-150 millones en comprar un departamento y amoblarlo con botellas de absenta, cuadros de Etienne Liotard, alfombras peludas y de colores que no combinen y una cama de 5 plazas para poder dormir de lado.
-5 millones en un jeep usado que pueda chocar sin sentir remordimientos
-1000 millones en comprar departamentos que pueda arrendar y luego envejecer y ser feliz gracias a los dividendos.
-200 millones en comprar cosas inútiles y que me reporten grandes satisfacciones que no necesito, como media docena de yorkshires terriers, poner una tienda de pasteles, comprar todos los zapatos y ropa que quiera y unas cuantas porquerías tecnológicas, además de un bonsai cuyo nombre sería "bono" como el vocalista de U2.
-10 millones en hacerme una liposucción y unos cuantos arreglitos más.
-100 millones para Greenpeace.
-1 millón en cremas y perfumes.
-30 lucas en regalos desagradables para gente desagradable, como peinetas para los profesores calvos que alguna vez me atormentaron o cajas de leches para los intolerantes a la lactosa.
-Y con el resto pagaría la universidad pero congelaría y tomaría un mágico y misterioso tour por Africa, Alaska, Europa y un poco de Machu pichu... supongo que también me daría una vuelta por México y España.
Ahora me retiro, hay una luz roja que me apunta en la cabeza y creo que es un franco tirador, un profesor con un laser, o algo similar. Espero no morir hoy, y si lo hago, les confesaré un secreto: tengo el poder de mover las cosas con la mente y quebrar platos cuando me enojo, sin siquiera tocarlos.

martes, 20 de mayo de 2008

Lo peor de mi


Sé que existen dos cosas lateras que uno le atribuye al resto de los mortales que habitan la tierra. Uno es que hablen de un tema tóxico (sabiendo que existen miles de puntos de vista: la política, la religión y las bicicletas) y lo otro es que hablen de sí mismos. Una soberana lata.
Un día un amigo me dijo que odiaba la manera en que me escondía de la realidad riendome y haciendome la tonta pánfila que no entendía nada (textualmente hablando). Debe ser por la sobredosis de películas del tipo teen-romantico-comedia, que al llegar a los creditos, sueño con ser la protagonista que termina con el amor de su vida con fuegos artificales y luces de neón sobre la pista de patinaje...
Y soy insoportable, a veces pienso que jamás me casaré porque nadie nunca en el mundo podría soportame, mi mamá dice que tengo más manias que vieja retrógrada y es que hay detalles que no soporto; odio la mayonesa con todo mi ser pero..."a veces me gusta". La coca cola sin gas, la coca cola con hielo, todo me desagrada, tiene que estar a una temperatura justa. El yogurth de frutilla no puedo comermelo directamente del refrigerador, tiene que haber pasado exactamente una noche fuera de él para estar a la temperatura que no me hace mierda las encias, las naranjas tienen que estar bien coloradas y blandas, sino doy por hecho que estan secas y verdes por dentro. El sol no puede llegarme a la cara porque me vuelvo un ogro horrible y me da el sulfuramiento y le echo maldiciones a los carabineros, a los bomberos y al conserje que no me ayuda con las bolsas del supermercado.
No me levanto temprano, soy perezosa en extremo. No sería capaz de levantarme temprano a andar en bicicleta o bajar a la playa porque no existe nada mejor que dormir hasta que uno despierta solo. Me duermo tarde, no duermo bien, tengo bruxismo; mis dientes chocan toda la noche y despierto con jaquecas y problemas de memoria a corto plazo. Me muerdo las uñas, tomo tequila de la botella, hablo sola cuando estoy viendo tele. Me encanta cantar, me encanta no hacer nada mientras leo la contraportada de los libros de la feria del disco y comerme las ultimas aceitunas del refrigerador.
Lloro viendo películas, lloro por el calentamiento global, lloro cuando no me dan en el gusto, lloro porque mi papá no me contesta el teléfono y lloré cuando repetí de curso y cuando me defraudé de dos carreras.Pero por otro lado soy cálida, enamorada del amor, del desamor y de las novelas de Shakespeare. Daría mi vida por mi hermana, no traicionaría a un amigo, sé perdonar, seré rencorosa y vengativa pero con una sonrisa me conquistan. Me encantan las melodías, me encanta escribir. Soy muy de piel, me encanta hacer cariño, mi panorama perfecto es acostarme a tomar helado y regalonear. Alucino por alguien que me quiera tal cual soy; cambiante, obsesiva, celosa. Pero no quise nunca ser así, intento ser light y no me sale. Seguramente eso es porque lo light da cancer, y seré todo lo pesada que quieran, pero tan tóxica no soy.

Destellos del desamor a medianoche


Siempre es bueno saber admitir cuando un secreto nocturno te hace sonreir. Porque siempre esa persona llega cuando el barco se esta hundiendo y no hay por donde escapar. Y te lanza el maravilloso salvavidas que te reconforta y tu pataleas como una niña pequeña, feliz. Porque claro, su llamada es como un día soleado en pleno invierno. Casi un alivio. Pero es una llamada diabólica porque en el fondo, y sin querer admitirlo ni siquiera a ti misma, sabes que esa historia del arcoiris es una mentira.
Y el miente, así con esa seguridad porque sabe que tu punto débil es ser una tonta que se cree todo. Y claro, él es tu primer amor y vaya uno a saber cuanta tontera más, y él puede venir y pintarte el mundo de colores hermosos. Pero después te deja y no aparece hasta el próximo meteoro.
Y así es la vida de las eternas enamoradas del desamor. Que les gusta esperar. Saborean mejor el dulce instante del reencuentro. Porque dicen por ahí que uno no conoce lo dulce si no ha probado lo amargo. Y lo amargo no es tan amargo si se tiene la esperanza de un futuro dulce.

Entonces, no se si creerme el cuento o hacerme la reina del hielo y dejar de contestar llamadas a media noche, cuando el alcohol te ha tomado el cuerpo y desparramas tus sentimientos como si te pagaran por cada palabra que pronuncias. Y que me duelen, pero que me hacen sonreír, si tampoco soy de fierro.

Pero te pido que no juegues, porque siempre el que sale perdiendo eres tú. Sabes que no me cuesta mucho olvidar porque mi memoria es tan superdotada que borra cualquier recuerdo desgraciado, sin que me de cuenta y así puedo mantenerme viva y feliz. Y tomar guaraná por el parque sin volver a pensar en ti.

Suena bonito, pero no es tan bonito

Aldo Javier dice:


Sabado por la noche, y yo en pijama en mi sillon hablando por msn con una antigua amiga, escuchando a don omar, wisin y yandel, y otros de esas tonterias sin contenido, para pasar el rato, para no perder la rutina (al menos eso me digo), y trato de reirme por msn al mismo tiempo en la vida real.

Pero entonces el computador, especificamente el programa ares, me juega una mala jugada, empieza a sonar inevitable de shakira, y me acuerdo cuando tu y mi hermana eran mas chicas y cantaban esta cancion, con microfonos invisibles, dando vueltas y moviendo la cabeza, mientras sonaba el casette en la radio, y ahi es donde mi cuerpo me traiciona, por que justo una lagrima cae por mi mejilla, y me limito a limpiarla y decir que es el cansancio de estar tanto rato frente a la pantalla.

Pero supongo que las cosas no estan funcionando hoy, y si bien escuche como una hora de reggeaton, ahora salen otra cancion de shakira seguida, dias de enero, se que la conoces, y hay una frase que me pega fuerte, "tu mas que nadie, merece ser feliz" y no se si soy suficiente buena persona como para que sea cierto, al menos para estar feliz por ti de esa forma tan desinteresada que deberia ser, y recuerdo esa forma estupida que tienes de sonreirle a todo, que me molesta cada cierto tiempo por que me parece tonto que te escondas riendo, que pongas esa cara de tonta solo para no tener que decir lo que piensas, y luego me sonries en mi mente y me dices que no es cierto, que eres una tonta panfila que no entiende nada y no tiene mi sentido del humor pesado y sarcastico y todo intelectual, y no puedo evitar sonreir.

Ahora yo elijo la cancion, "Burbujas de amor" de Juan Luis Guerra, no por lo que dice, mas bien por como suena, cuando la escucho me muevo en mi mente, bailo bien, como cuando he tomado o cuando bailo con la Cristina, asi de bien, y pienso que nunca he podido bailar contigo, siempre hacemos coreografias tontas, y hacemos bailes tontos con canciones tontas, pero nunca hemos bailado, no he podido seguir tus pasos ni guiarte lentamente, darte varias vueltas y terminar en un paso mal ejecutado, por que se que tampoco eres la mejor bailarina del mundo, y que te mareas facil, y te curas aun mas rapido, pero no se si te gusta la salsa, te gusta bailar salsa?? y merengue?? ya sabes, esos bailes mas romanticos, donde te tomaria por la cinturia y podriamos pretender que es una de esas peliculas cursis donde bailamos bajo la luna.

Noche de entierro, la elijo casi instintivamente, y una sonrisa me llena el rostro, es la cancion que me prende, no me preguntes por que, pero me encanta, y si es chulo que lo diga, pero aun asi, me prende y no puedo hacer nada contra eso, te apuesto que no sabias eso, y lo mejor es que la bailo bien, aunque podria poner eso a prueba, no recuerdo haberla bailado sobrio.

No se si decir que hoy me diste buenas o malas noticias, cualquiera seria falsa si vemos el otro lado de la historia, y creo que hubiese preferido no saberlo. y aun no me decido si lo considero algo de traicion, solo se una cosa, al final, si fue una noche de entierro, literalmente.



Aldo Javier, con muy mala ortografía.

Lo más bonito de tus escritos hacia mi.

Pero creo que no bailo tan mal.
http://www.cuiquito.blogspot.com/

La muerte de un mago

Suena triste, pero creo que Harry Potter va a morir, lenta y tragicamente Maria Luisa, le grité a kilometros de distancia, a miles de ellos, de los kilometros y los fanaticos, es triste creerlo, pero creo que van a matar a un sueño solo para no tener que mantenerlo, y lo peor de todo, es que no va a alcanzar a ser una figura iconica donde su muerte valga.

No creo que la muerte de un joven de 17, flaco y palido, un ingles despeinado, sea de mucha importancia, la muerte de superman significo algo, algo mas al menos, fue la muerte de un sueño, al igual que la muerte del captain america, fue la muerte de un ideal, de como un pais se ve a si mismo, justo, orgulloso, fuerte y leal, puede ser falso, pero al final, es la muerte de ideales que se encuentran en el inconciente de generaciones.

Lo cual me lleva a mi tema, que ideales somos?? que ideales representamos?? somos un sueño constante o un reflejo imperfecto de la realidad?? yo se al menos que no represento muchos ideales, a lo mejor la tolerancia, pero lejos de eso no mucho mas, en una de esas soy un vicio, como en sin city miho y kevin, son demonios, por eso nunca hablan, pero no creo ser un demonio, esta establecido que puedo tener sentimientos y soy capaz de fallar, entonces que virtudes represento?? la vida supongo, yo vivo, mas que otros, mas que nadie, mas que todos, cada segundo que pasa se que estoy vivo, conciente de cada contraccio de mi torax, de cada latido de mi corazon, cada impulso electrico que recorre mi cuerpo, y decido ignorarlos, decido vivir el dia sin pensarlos, decido impulsar mi cuerpo al limite y dañarlo cada vez un poco mas.

Al final podria decir que soy vida, que Demian es la ignorancia de la vida, o mejor dicho, la suma de todos mis vicios, y seria algo asi como mi anti-vida. Disculpame Demian por antagonizarte asi, pero creo que sabemos es cierto.


Aldo Javier

Mas allá de eso


La gente sola está sola. Siempre lo he sabido. Primero, porque uno no elige a la familia y segundo porque los amigos son hermanos que uno escoge, pero nadie esta libre de que le caiga un yunque por la cabeza. Es como eso, más o menos, tal vez estoy desvariando, no lo sé. Pero más allá de eso, la soledad viene a ser un plus en las vidas de las personas sensibles por el calentamiento global. Mientras más sola estas, mientras menos quieres a las personas, menos te va a doler perderlas en un cataclismo climático. ¿Qué pasaria si viene una ola de mar gigante, del tipo producción hollywoodense y nos hace chapsui a todos? La culpa, la repartimos entre el tipo que hace doscientos años se le ocurrió fundar una ciudad a la orilla del mar, la culpa es de Dios y de los papas, la culpa es del equipo meteorológico del canal 13 que no nos avisó, la culpa es de Adaro, la culpa es del vocalista de The Rolling Stone que en ese minuto se encontraba drogándose, la culpa es del perro de la vecina, la culpa es de Ronald McDonald, la culpa es de Estado Unidos que contribuye en un 45% en el calentamiento global y por supuesto, la culpa es tuya.
¿A quién atribuiré la culpa del derretimiento de los glaciares? La cosa, es que más allá de eso, debemos buscar soluciones a problemas próximos que se encuentren cerca de nuestras manos. Por ejemplo, sonreírle a las personas. Es súper chori sonreír, a mi me encanta andar feliz por la vida sabiendo que nos caerá un meteorito el 2029, aún así y más allá de eso, la culpa no la tengo yo ni la tienes tú. Por más que te culpe, por más que me culpe y por más que llore por las focas de Canadá.Hace tiempo que no me tiraba a escribir de esta manera así que disculparán la incoherencia de mis palabras pero tengo tanto atorado en la garganta que todo lo escupo sin tapujos... que bonito hizo verso sin esfuerzo, más a allá de eso.

Sueños Apocalípticos

Se sabe que las próximas guerras mundiales serán por el agua. ¿Por qué no se comienzan a desarrollar tecnologías que permitan el tratamiento del agua de mar para convertirlas en aguas potables?. Avances en reciclaje de agua y energías eólicas, es ése el punto. Si más de tres cuartos de nuestro planeta es pura agua.
Yo intento mantenerme informada sobre esta cosa del calentamiento global y nuestro futuro incierto. Estoy convencida de que pronto moriremos lenta y dolorosamente producto de que los espíritus de cada una de las focas de Canadá vendrán a vengarse de nosotros por ser tan insensibles. Pero... ¿Lo merecemos realmente?.
Yo que me quejo de que los supermercados tienen las luces prendidas toda la noche, no soy capaz de apagar mi tele porque me da miedo el silencio y la oscuridad. Yo que me quejo de que debería implementarse “un día sin ascensor” (que además ayudaría a reducir problemas de obesidad mórbida), no sé si me daría la lata de subir doce pisos con las bolsas del supermercado.
Debo confesarles que me aterra esto del cambio climático. Soy partidaria de cualquier movimiento ecologista que se me cruce por delante, pero me da flojera participar en marchas y protestas. Apoyo la ideología, e incluso me encargo de contarles a mi circulo de personas, acerca de las causas y consecuencias de nuestros actos. Pero no me pidan meterme más en el tema, porque soy un aporte más nulo a la comunidad global.
No hay noche en que no sueñe con meteoritos y desastres mundiales. Y dicen que los sueños son los reflejos de nuestros miedos más profundos y los cuales más nos avergüenzan. Pero no creo mucho en eso, a mi no me avergüenza decir que le tengo pánico a los inminentes choques de rocas intergalácticas con nuestro insensible mundo.Si pudiéramos volver a sorprendernos de los maravillosos atardeceres, y las cosas simples que nuestra querida “pachamama” nos entrega, seriamos mas conscientes de que nuestros nietos merecen ver cielos azules y no los estigmas borrosos de níquel y polvo que cubren nuestro planeta y nuestros corazones.

Capítulo dice. Testamento a Rosalinda.

Creo que pocas veces me he sentido así de triste Rosalinda. Como cuando la vida te hace una zancadilla, te caes y tienes miedo de levantarte por temor a descubrir algún hueso roto o alguna herida profunda. Eso es lo que yo siento cada vez que recuerdo su voz grave y su acento indefinido. Me llama a veces por las noches a recorrer mis sueños y sus parábolas. No entiendo que me quiere decir, ni porqué me toca de esa manera tan enajenada.
No recuerdo su última frase, ni el sabor de sus besos. Sergio dejó su perfume impregnado en el chal beige que solía recorrerme cuando el frío inminente me calaba los huesos y la esperanza. Tenía fe en que las cosas marcharían bien, siempre y cuando una taza de café en la porcelana vieja le entumecieran las manos y las ideas. Pensé que podría retenerlo. Tenía miedo aquella tarde de junio en que se despidió con un beso fugaz y me dijo que ya no me quería. Lo busqué en el cobertizo y lo encontré cabizbajo mirando un desnivel de tierra a los pies de aquel manzano. No me dio explicaciones de su abrupta decisión y se marchó. Me quedé sola durante setenta años y encinta.Ahora en mi lecho de muerte te escribo Rosalinda, para contarle linda que no existe Rosa alguna que sea más hermosa que tu, bisnieta querida. Unico fruto de Sergio y la mala suerte en el amor que cubrió mis empolvadas piernas ahora enquencles y marchitas. Jamás nunca sabré que fue de aquel hombre, pero quiero que sepas linda que todo lo que queda en el testamento, es ahora parte de tu providencia. Encárgate de darme un velorio cristiano como corresponde y ponme en alfeizar el retrato de mi semblante a los quince años. Sé que tu bisabuelo me espera bajo el manzano, y sé linda que yo esperaré por ti.

Pottermaniáca obsesiva

Soy fanática de Harry Potter. Me considero una viciada de las palabras de Joanne Kathelen Rowling y entiendo que lo pueden estar pensando.
Hay un gran prejuicio con respecto a los Pottermaniácos. Que somos pernos, que no tenemos vidas, que nos disfrazamos como idiotas para los estrenos de las películas, que tenemos fans clubs donde nos dedicamos a hablar de lechuzas y nombres ridículos de encantamientos imbéciles.
¿Y saben qué? Tienen toda la razón. Uno es medio estúpido al desarrollar un fanatismo desenfrenado. Pero les hablaré de mi historia con Harry Potter.
Yo tenía once primaveras (la edad justa en la que la historia de Potter comienza a desarrollarse) y lo que más quería era un libro de Barbie para pintar. Caminábamos por el mall con mi madre y yo le pedía que fuéramos a la librería. Para mi una librería es la máxima expresión de la felicidad. El olor de los libros hechos de ronéo es una cosa fuera de este mundo. En fin... entramos a la librería y no habían libros de Barbie para pintar. Pero el tipo le contó a mi mamá que acababa de llegar un best seller que se trataba de un joven mago que vivía aventuras insospechadas y mágicas.
Mi mamá me lo compró y me lo leí el mismo día. Comencé a rayar la papa pesado, yo realmente esperaba mi lechuza, invitándome a ser parte de aquel mundo paralelo en dónde existían elfos domésticos y unicornios celestes. La carta nunca llegó, pero sí el tercer volumen de la saga (mi madre me regalo el tercero y luego el segundo, por lo que podrán concluir que no entendí ni un rábano de nada), luego me regalaron el segundo, lo leí y releí el tercero. Y me estanqué en un universo abstracto de conjuros y hechizos. Me enamoré de Daniel Radcliffe, aluciné con los trenes y realmente creí en fantasmas.
El cuarto libro llegó porque meme internacional, en Buenos Aires lo vio en una vitrina y se lo trajo a su hija primogénita. Oh, recuerdo no haber dormido y comido durante casi veinte horas, porque lo leí de corrido y lloré a moco suelto cuando murió Cedric.
El quinto fue más místico. Con el asuntito del Internet yo sabía que se publicaba en inglés y varios meses después aparecía la versión latinoamericana. Pero yo no quería esperar, así que le rogué a mi madre que se metiera a Amazon y me lo comprara vía online. Me mando a freír monos a África. La amenacé con suicidarme de distintas maneras, como quemarme a lo bonzo, dejar de comer y con tragarme todos los fármacos que encontrara en el baño. Pero la respuesta fue un rotundo no. Al segundo día de publicación, me fui a acostar a eso de la media noche, levante mi almohada para sacar mi pijama de pequeño pony y ahí estaba mi Harry Potter and the Order of the Phoenix, versión británica, reluciente sobre mi pijama rosado. Mi madre me lo había comprado.El sexto libro llegó a mis manos de igual manera en inglés, sólo que sin la emoción de encontrarlo en el lugar más insospechado. Lo mandé a reservar en una librería de Santiago y me llegó el mismo día por flete en avión. Y el séptimo libro de igual manera. Sólo que cuando a los meses después lo compré en español, me dio una crisis de colon irritable que me tuvo en cama mágicamente durante el tiempo que me demoré en leerlo nuevamente. Y ése libro quedo inservible, mojado de tanto llorar.
Lo que me marca de este asuntito de Harry Potter, es que durante mi peor época (frenillos, chasquilla y sobrepeso) fue casi lo único que logró desviar mi mente en otra cosa que no fuese la ansiedad de tragarme todo lo que veía. Creo que el texto de Rowling fue casi una terapia constructiva para mi. La mejor dieta, la mejor manera de reforzar mi memoria (no crean que fue fácil memorizar con setecientos sesenta y tres nombres pelotudos que aparecen durante el libro) ayudó a mi desastrosa ortografía y hasta mejoró mi caligrafía (solía escribirle cartas a Daniel Radcliffe pero nunca se las mandé, primero porque jamás le llegarían y segundo, porque mis cartas hablaban acerca de planes maquiavélicos de secuestrarlo y llevármelo a una isla donde jugara con su escoba mágica y me recitaba hechizos tontos).Aprendí de a poco que el fanatismo desenfrenado no es bueno. Es algo tóxico que puede llevarte al psiquiatra varias veces, a pegar posters en las paredes, a creer que tu vida tiene sentido sólo porque conociste aquel objeto de admiración. Cuando la vida real, es más mágica y más increíble que cinco mil doscientas treinta y nueve páginas de un libro que, al fin y al cabo, sólo fue tinta y papel. Mucha tinta, y mucho papel.

Movies RuLz

El sabe que lloro con las películas. Que puedo derramar más lágrimas con un cortometraje francés que con una ensalada de cebolla. Por eso me compra helado de chocolate, de ese que tiene pedacitos de chocolates y almendras, y me deja viendo un musical donde abundan las muertes y las canciones agudas con un claro sentido comercial, en dónde la protagonista es la última chica que entro a un centro de rehabilitación en la vida real.
Pero esta no es la vida real, señoras y señores. Las películas transportan a otra época. Como cuando con mis primos veíamos: “Ghost, La sombra del amor” y creíamos que el fantasma del tipo que había muerto quería matar a Demi Moore. Y eso era porque poco sentido le hallábamos al amor desde el más allá y nos reíamos de que la Whoopi Goldber tuviera el pelo como lo tenía en ése entonces (Y me sigo riendo, a menos de que haya quedado calva y aún no me haya enterado).
Pero las películas tienen ese misticismo, ese sonido surround y ese sabor a palomitas de maiz que te envuelve y te eleva fuera de la estratosfera real. Porque a veces uno se mete tanto en las películas que termina sugestionándose de que realmente Bruce Willis estuvo arriba de un meteorito y no le funcionó la escavadora y tuvo que suicidarse por el bien de la humanidad.
Personalmente me pasó con “El día después de mañana”. La fui a ver al cine y casi morí de frío al ver que el epicentro del hielo se desplazaba con soltura sobre los puntos más poblados del globo. ¿Casualidad? ¿Por qué en todas las películas termina flameando la bandera de Estados Unidos con tanta magnificencia?, ¿Por qué la mayoría de las veces que sale Dios en las películas, es negro?.
Yo si quiero llorar con ganas, me detengo en el zapping en alguna película que tenga un contenido orfanatónico (de orfanatos, que no se confunda con algo relacionado con los extraterrestres) aquellas películas que hacen que te tengas que sonar con la manga de la chaqueta de la persona que esté al lado tuyo, porque no comprendes que el padre haya abandona a su hija siendo ella tan buena y tan humilde.
En fin... me emocionan las películas en su mayoría. Lloro con todas, sin ninguna excepción. Mi hermana me reta porque sabe que en el momento en que me empieza a temblar la boca y se me anegan de lágrimas los ojos, se acerca el final. Y termino arruinándolo todo y contándole el final a medio mundo.
Por eso, cada vez que voy al cine a ver alguna película, salgo de la función llorando y mandándole mensajes a los amigos, contándoles el final. Como que Will Turner muere en los piratas del caribe 3, como que Harry Osbourne también muere en Spiderman 3, como que el profesor de Jossie Geller finalmente va a su encuentro en aquel inolvidable beso en el estadio de béisbol.
Oh disculpen, me he emocionado. Voy por pañuelitos desechables.