martes, 20 de mayo de 2008

Sueños Apocalípticos

Se sabe que las próximas guerras mundiales serán por el agua. ¿Por qué no se comienzan a desarrollar tecnologías que permitan el tratamiento del agua de mar para convertirlas en aguas potables?. Avances en reciclaje de agua y energías eólicas, es ése el punto. Si más de tres cuartos de nuestro planeta es pura agua.
Yo intento mantenerme informada sobre esta cosa del calentamiento global y nuestro futuro incierto. Estoy convencida de que pronto moriremos lenta y dolorosamente producto de que los espíritus de cada una de las focas de Canadá vendrán a vengarse de nosotros por ser tan insensibles. Pero... ¿Lo merecemos realmente?.
Yo que me quejo de que los supermercados tienen las luces prendidas toda la noche, no soy capaz de apagar mi tele porque me da miedo el silencio y la oscuridad. Yo que me quejo de que debería implementarse “un día sin ascensor” (que además ayudaría a reducir problemas de obesidad mórbida), no sé si me daría la lata de subir doce pisos con las bolsas del supermercado.
Debo confesarles que me aterra esto del cambio climático. Soy partidaria de cualquier movimiento ecologista que se me cruce por delante, pero me da flojera participar en marchas y protestas. Apoyo la ideología, e incluso me encargo de contarles a mi circulo de personas, acerca de las causas y consecuencias de nuestros actos. Pero no me pidan meterme más en el tema, porque soy un aporte más nulo a la comunidad global.
No hay noche en que no sueñe con meteoritos y desastres mundiales. Y dicen que los sueños son los reflejos de nuestros miedos más profundos y los cuales más nos avergüenzan. Pero no creo mucho en eso, a mi no me avergüenza decir que le tengo pánico a los inminentes choques de rocas intergalácticas con nuestro insensible mundo.Si pudiéramos volver a sorprendernos de los maravillosos atardeceres, y las cosas simples que nuestra querida “pachamama” nos entrega, seriamos mas conscientes de que nuestros nietos merecen ver cielos azules y no los estigmas borrosos de níquel y polvo que cubren nuestro planeta y nuestros corazones.

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