jueves, 23 de septiembre de 2010

El tiempo

El tiempo es polvo de diamantes escurriendo entre mis dedos. Mis celulas tienen los días contados y mis órganos fecha de vencimiento. No estoy rellena de mariposas, escarchas y miel como solía creer, sino que de una vorágine sanguinolienta de cosas que laten y que con certeza el cáncer consumirá antes de que el alzheimer me obligue a olvidarlo. El tiempo nos mata, todos los días, sin compasión y sin sentir remordimiento alguno. Es la ley natural de la vida. El tiempo lo sabe, todos lo sospechan y yo lo tengo claro.

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