viernes, 23 de abril de 2010

Re-volver

Nuestros besos, míos y tuyos, han caído a la licuadora del destino y no pueden escapar. Se revuelven, crean sonidos nuevos y descargas eléctricas derivadas de fallas de sistemas previos a dolores ajenos, antiquísimos, que nos matan a ratos y nos revuelven a veces. Alguien presiona los botones y nuestros besos, míos y tuyos, se vuelven locos y todo queda reducido a la nada. Se evaporan. En nueve instantes. O tal vez en diez. Ya no sé a ciencia cierta en qué momento comenzó ni mucho menos cuando terminará. Tengo los dedos un poco congelados de tanto intentar detener la presión inminente del botón. Tengo una gran confusión; pues ya no sé si quiero dejar de dar vueltas a tu lado.

No hay comentarios: