miércoles, 24 de octubre de 2007

Si el amor se va

Mi corazón esta roto porque nadie me ha roto el corazón. Soy sola, como una esponja nuevita que le cuesta absorber las cosas, y me siento primeriza, asustada y un poco desequilibrada con respecto a temas amorosos.

Y es que mala suerte jamás he tenido. Pero de que soy ñurda, tarada y me cuesta concentrarme sobre un punto especifico, claro que lo soy. Es más... sufro por amores inconclusos de mi niñez, que tal vez se han vuelto traumas... La mente es heavy poderosa, nosotros no tenemos puta idea si hemos pasado por alguna vivencia terrible y nuestro subconsciente se encargó de borrarla por completo, para poder vivir en paz con nuestra propia mente. Porque es difícil, claro que lo es.
Y es que cuando el amor se va, se va y la gente llora. A algunos les gusta contarselo hasta la señora que vende pan en la esquina. Otros en cambio se guardan sus dolores y resultado: crisis nerviosas, colon irritable y malestares estomacales. Suicidios, sobre todo el primavera, que está comprobado, los índices se duplican.
Es como lo que leía la otra vez en un facsímil de psu de lenguaje. Los hombres fueron diseñados para soltar y las mujeres para retener. Se vé en la fisiología y psicología de ambos individuos. Los hombres simplemente se olvidan y siguen sus vidas, las mujeres en cambio no, nosotras nos preocupamos de guardar hasta el resto del almuerzo en el refrigerador, y guardar también minuciosamente cada detalle, cada vivencia para despues tener una carta bajo la manga ¡¡y sacar en cara esa maldita vez en que llegaste ebrio y me confesaste que tenias una amante!... Oooh sí, es heavy el poder de la mente.

Y me pierdo de la idea principal. Si el amor se va, hay que vivir el duelo. Es como el EJE: Tienes que vivirlo. Así de easy porque si no lo haces, vuelves a tener recaídas posteriores, casi siempre con un grado etílico en el cuerpo.
Y recuerdo que una vez leía en un diario, que los japoneses inventaron el celular anti-estupidez-alcoholica. ¿De qué se trata eso? Tu compras el celular, y dejas inmediatamente grabado en una memoria anexa a la del aparato en sí, los nombres y numeros de tus ex pololos(as). Los ex problemáticos, por supuesto. Y a media noche, todos los días, se activaba un mecanismo de bloqueo automático que impedia que llamaras a los numeros que dejaste grabados con anterioridad. Osea, no puedes llamar a tu ex por más que quieras, el mecanismo no se desbloquea durante la noche, y con trago es poco probable que le puedas achuntar a las teclas, y recuerda que son chinas, osea no hay nada peor que un aparato creado por mentes mafiosas japonesas.


Nosotros tenemos tan poca fuerza de voluntad. Como para despertar por las mañanas y decir: Bien, hoy es un nuevo día, ha salido el sol, tengo mis brazos y mis piernas pegadas a mi tronco y puedo hacer con mi vida lo que a mi se me ocurra. Saldré a caminar, iré en bicicleta a ver a algun amigo, luego pasare la tarde viendo una buena comedia y en la noche saldré a conocer gente, con esta sonrisa radiante que Diosito y mis papis me dieron.
Pero nooo... insistimos: Mierda, otro día más. No sé que hago aquí respirando. Salió el sol que mierda mas grande, me voy a quemar si salgo pa juera, no pienso levantarme de la cama porque el puto(a) de mi ex me dejó y me quiero morir así que lloraré toda la semana aquí hasta que me deshidrate y alguien le cuente a mi ex que quede tan mal que se arrepetira, y en el peor de los casos si muero, también se sentirá mal y vendre a penarlo...
Que penoso.

Por eso... si el amor se va. ¡Déjalo ir! Lo que viene siempre es mejor que lo que dejamos atrás, dentro de un contexto adecuado eso sí. Y yo hablo como si supiera tanto y con suerte sé donde tengo puestos los pies.

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