lunes, 1 de septiembre de 2008

Cómo has envejecido

Tengo un amigo al cual siempre le pido que me ayude a pensar en algún tema novedoso para escribir, incluso lo he amenazado con subir fotos de su poco agraciado rostro a los quince años si no me ayuda a pensar. Y el me contraamenza diciéndome que sus poderes asesinos telepáticos podrían acabar con la vida de mi madre, pero yo sé que el quiere mucho a la Marisour y sería incapaz de hacerle más daño corporal de lo que lleva acumulado en su vida.
Mi amigo, es un muchacho normal de veinte años, vio pornografía durante toda su adolescencia, más de alguna vez se hizo el ebrio para poder encajar en su circulo social, y también se enamoró perdidamente de mi. Aunque le duró poco eso sí, hasta que se dio cuenta de que somos como la miel y la margarina, tan distintos y tan desagradables al tacto. Por supuesto yo soy la miel, creo ser más dulce y menos aceitosa que mi amigo.
En fin, creo suponer que las cosas han marchado bien para ambos ahora que sólo nos vemos una tarde cada seis meses, me aburre pasar más de tres horas a tu lado porque ya no hay tema de conversación más que esperar que tu santa madre nos mande a comprar pan y pasteles para tomar té, y hablar sobre las casa bonitas que rodean el barrio donde vivías. Se me hace difícil imaginar que puedes sobrellevar una vida en la capital viviendo como una lacra social cuya apariencia física dista bastante del prototipo normal de veinteañero. Sé que has envejecido a tus veinte años amigo, fue uno de los temas que me propusiste que escribiera, pero terminé recordando tu peluca rubia y tus excéntricos gustos por la música afroamericana. Aún así, me encantaría verte y tomarnos un mojito cubano viendo una mala película. Sería un buen panorama para un sábado por la tarde.

No hay comentarios: