lunes, 7 de julio de 2008

Las desventuras de Marisour

Mi madre se llama Marisol y tiene una suerte de los mil demonios. Es un poco fanática de probar (sólo probar) los pisco sours, es por ello que entre mi grupo de amigos cercanos, se ganó el apodo de Marisour. Maneja un auto de color muy fleto, y le encanta escuchar la radio Corazón pese a que yo le digo que me carga que le suba el volumen cuando suena una cumbia. Ella le levanta el dedo de al medio al tipo que se disfraza de barney en el centro y tiene una aficción desmesurada por Chayanne.

Su vida ha estado llena de altos y bajos. Si yo pudiera relatarles cada una de las enfermedades que la ha tenido al borde de la muerte, no terminaría de escribir hoy. Porque Marisour es muy especial. Les contaré datos freaks que recuerdo en este instante de inspiración.

Tenía un desodorante ambiental dentro del auto aquel día de otoño en la sofocante ciudad de Copiapó. Hacía un calor insoportabley el desodorante no aguanto demasiado. Explotó, destruyendo los vidrios del auto y consiguiendo un breve artículo en el diario Atacama al día siguiente.

Un día, manejando aquel auto cuyos vidrios habían sido reemplazados por un triste pedazo de plástico (no había plata para reponer los cristales) mi hermana chica, que en aquel entonces no tenía más de tres años, asomaba su deforme y chascona figura por la ventana mientras Marisour daba una vuelta por la plaza. De pronto, se siente una sirena de policias y alguien dice por un altavoz: "señora, meta la guagua dentro del vehículo". Que episodio más bochornoso.

Recuerdo que Marisour fue al circo y lejos disfrutar la función, terminó internada en un centro asistencial médico con claros sintomas de salmonela al tragarse una manzana confitada que había sido manipulada por quizás que antihiénicas manos.

Marisour también ha sido víctima de problemas dentales. Hace poco, mordió un mango y un diente quedó insertado dentro de la fruta.

También ha gritado eufórica en varios conciertos de Chayanne, donde agradezco a Dios no haberla visto, porque intuyo que pudo haber echo el ridículo lanzandole los calzones al escenario.

Y me quedan muchas más cosas que agregar pero ya me pilló que estoy escribiendo sobre ella así que después les cuento más.

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