miércoles, 4 de febrero de 2009

Summertime in Copiapó de Chile

Me siento extrañamente complacida de los atardeceres tóxicos de una ciudad que intenta mantenerse a flote de las napas subterráneas que amenaza tragarse las almas nortinas.
La plaza de armas de Copiapó, despierta cada mañana sumergida en la nostalgia de la bruma, las calles grises pero limpias son sólo un preambulo del calor que promete consumir el espectro de ciertas especies subnormales, que deambulan por sus veredas demasiado pulcras y bañadas de hojas tornasol, en un esfuerzo vano de entregarle color.
Quisiera ponerle un despertador a Copiapó. Una alarma sugerente, una campana que remezca al desierto florecido. Copiapó no es tan malo en verano, es sólo que esta época suele ser cruel con la ciudad.

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