Muchas son las versiones, algunas bastante convincentes y otras rayan en lo ridículo, sin embargo en la plataforma de Google es cuestión de tipear “Paul McCartney” para que, en cuestión de segundos, la búsqueda culmine en miles de páginas dedicadas a la supuesta farsa de William Campbell.
¿La razón? Algunos lo atribuyen a la sobreexposición y la publicidad de una banda que se transformó en referencia musical para las siguientes generaciones, mientras que otros consideran que no existe artista legendario que pueda sostenerse en la memoria de los fanáticos más que a través de mitos y rumores.
Sea cierto o no, Paul McCartney o William Campbell es un artista de los grandes. Su habilidad como compositor lo ha llevado a producir bandas sonoras de diversas películas y su particular egolatría es digna de una leyenda viviente. O al menos eso nos hace creer.
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