domingo, 18 de octubre de 2009

Detalles de un domingo ajeno

Los domingos son corrosivos para mi salud mental. Me persiguen como balas de angustia, como imanes de distintas cargas, como persigue la muerte a la misma vida. Los domingos son ajenos y me condenan a saberme irritable. Me ahogan. Los domingos son como estresantes, en cierta parte, se me hacen difíciles de llevar sabiendo que puedes estar en cualquier parte.

Los domingos por la noche termino por acostarme antes. Escojo el más lindo par de calcetines -como si eso fuese a aliviar mi pena, en parte- en cómodas situaciones distantes, en silencio. Porque los domingos por la noche me pesan como toneladas de almas miserables. Lo peor de todo, es que no me parece tan extraño saber que estas noches me vuelven tan vulnerable.

No hay comentarios: