lunes, 14 de febrero de 2011

14 de febrero

Es catorce de febrero y la multiplicidad de sentimientos que la fecha genera va desde la felicidad inextinguible hasta la depresión que conlleva a atentados contra su persona como el alcoholismo, adicciones a narcóticos y/o autoflagelaciones.

Si usted siente una tendencia autodestructiva y lleva algún rato torturándose con canciones de la FM2 porque este año no le ha ladrado ningún perro, mis palabras le vendrán de anillo al dedo. Asi que continúe leyéndome porque le aseguro que si usted se encuentra abatido, lograré sonsacarlae algún pensamiento positivo.

Lo cierto es que según una estadística que vi en uno de esos canales de autoayuda (ese donde enseñan a la gente a vestirse decentes por la vida o programas sobre señoras que dan a luz sin saber que estaban embarazadas) decían que en promedio uno debe besar a 68 sapos antes de encontrar al príncipe ideal (o princesa, o reitero príncipe si es que usted es gay)

Con este personaje me refiero a aquel ser idóneo que se pasea entre sus mas íntimos deseos de abandonar una vida en soledad y alcanzar por fin la felicidad. Porque es bien sabido que la verdadera felicidad es como una cerveza, sabe mejor cuando es compartida.

Porque… ¿para que sino se celebra esta fecha? Si nos remontamos en la historia, existen varias teorías que explican el porqué de esta celebración que para algunos es inútil y para otros es una bonita ocasión. Una de las teorías es que en estas fechas en los países nórdicos algunas aves se reúnen para aparearse tras una danza. Muy similar a lo que ocurre con los seres humanos después de una disco. Sin embargo, otros creen que se trata de una fiesta pagana que se realizaba cada catorce de febrero y cuyo origen romano exaltaba la adoración del Dios del amor, Eros, a quienes los romanos llaman Cupido. Ahora, si nos ponemos escépticos, no existe una teoría mas o menos cuerda que nos lleve a asociar este personaje con una personita en pañales apuntando con una flecha a diestra y siniestra. Mas siniestra que diestra, en la mayoría de los casos.

El amor es una cosa personal e intransferible. Cada quien sabe cuales son sus necesidades y sus límites. Entonces, si en este momento usted se mortifica porque nadie le manda un mensaje amoroso, ni le dedica una canción que haría llorar a Ricardo Arjona, ni le compra algún regalito empalagoso que contenga osos de peluches abrazando algún corazón deforme, chocolates o flores, consuélese sabiendo que aún quedan muchos sapos por besar y que, de cierta forma, el camino hacia el verdadero príncipe (o princesa, o reitero príncipe si es que usted es gay) puede ser bastante entretenido si entre sapo y sapo, se asoma un atisbo de realeza. Y la ilusión no la pierda de vista, que habrán muchos catorces de febrero y aún estamos libres de que nos inserten un chip bajo la piel que publique nuestras emociones a través de redes sociales sin que podamos evitarlo, y de paso, dejándonos en vergüenza.

En fin, les deseo un feliz día del amor y la amistad a todos.

1 comentario:

Hope dijo...

Me pareció correcto tu forma de pensar, aunque diría que ese tipo de pensamiento sólo ocurre depende del estado de animo o de situación que estamos pasando, no digo en pareja, en una situación de la vida en general.