lunes, 3 de marzo de 2008

Ojos bien cerrados

Despierta por las madrugadas, feliz. Como si fuera navidad, o como si las nubes se hubieran tomado la mañana. Le encantaban los días nublados... la ciudad duerme todavía, las luces titilan a lo lejos, anaranjados. El follaje de los arboles proyectan sombras violetas y se puede oir un rumor sobre el asfalto. Ella los oyé, a lo lejos también. Pues no ha despertado del todo, pero está feliz.
Hace siglos que guardaba nostalgias en una caja de madera tosca. Cuya cubierta con la flor de lis le traian recuerdos de rememoranza. Oye la ciudad, los oye pero no entiende su significado.
Se levanta de la cama, le duele la cabeza, pero sonrie. Su reflejo la mira, muy de cerca, proyectada en la luz de la ventana.
Las cosas hubieran sido tan distintas, sí, a la hora más hermosa del día, no hubiera abierto los ojos. Pero, para vivir feliz, se dijo a sí misma, debes tener los ojos bien cerrados.
Corazón que no ve, corazón insensible, sin dolor, sin miedos.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Como cuando pintabas rostros sin ojos ni boca nena, es dificil que encuentres amor si tienes ese corazon tan lleno de maldad.